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Lo Estúpidamente Interesante… De cantar Las Mañanitas

“Las Mañanitas” es por mucho la rola que más cantamos los mexicanos, de hecho  nos aprendemos su letra mucho antes que la del himno nacional. Pero son muy pocos los que han adentrada a los misterios de esta canción.

marzo 6, 2015

Lalo-IniestaPor Eduardo Iniesta
@eliniestae

No sé a ustedes, pero a mí sí me entró la duda del por qué fregados un Rey israelita que vivió allá por el 966 A. C. tendría que estar cantando una rola que sólo es popular en México. Así que le pedí a mis cuates más letrados que me explicaran con palitos y bolitas semejante incongruencia geográfica y de tiempo. Y ahora sí, lo sé todo. Resulta que se trata de una metáfora empleada por el autor, ya que el rey David además de ser justo y valiente (diiiiicen, a mí no me consta), también escribía salmos que les cantaba alegremente a sus súbditos cada mañana. Hagan de cuenta como un Arjona pre cristiano y madrugador.

Y ni se me vayan a poner exigentes preguntando quién es el autor de la cancioncita en cuestión, porque al parecer esta rola surgió por generación espontánea. Bueno, no tanto así. Pero neta no hay quien se ponga de acuerdo con esta autoría. Hay quienes juran con la mano en el pecho que es obra de Manuel M. Ponce (el de La Cucaracha y Cielito Lindo), pero en el libro “Ponce, Genio de México, vida y época” se aclara que no es de él, que sólo la rescató y le dio su arregladita para que no quedara en el olvido. Bueno pues, que se la agandalló.

Y desde cuando suena la rola mejor ni hablamos. Lo único que les puedo decir es que allá por 1896 ya era famosa y que gracias a este one hit wonder, el disco de Pedro Infante que incluye “Las Mañanitas”, es el más vendido en nuestro país hasta la fecha ¡21 millones de copias! Y en pirata yo creo que unos 80 millones.

Otro aspecto interesante de «Las mañanitas» es el incómodo momento que genera cuando familiares y amigos se reúnen a tu alrededor para sacar de su ronco pecho este bullanguero cántico, mientras observan fijamente cada una de tus reacciones. Y uno ahí, con cara de idiota y echándole hartas ganitas para que la sonrisa forzada no se te vaya desgastando del rostro. Pero cuando crees que aquella masacre ha llegado a su fin, no falta la tía espontanea que aplaudiendo y cantando se va tendida con la segunda parte de Las Mañanitas, esa de la que casi nadie se acuerda: “De las estrellas del cielo / Quisiera bajarte dos…” Así no se puede.

¿Y a poco no es de lo más lindo ver como un hombre (Feo, Fuerte y Formal), le canta Las Mañanitas a su compadre? “A los muchachos bonitos /se las cantamos aquí”, “Quisiera ser solecito/ para entrar por tu ventana”. Y pues ya de paso “El día que tú naciste / nacieron todas las flores” ¡Por dios! Eso es más gay que una clase de zumba ¿Lo quiere felicitar por su cumpleaños o se lo quiere ligar?

Con todo y todo, he de confesarles que para mí es imposible imaginar un cumpleaños sin la llamada de mi papá en punto de las seis de la mañana para ponerme “Las Mañanitas de Cepillín”… las mismas que me ha puesto desde hace 36 años.

Termina su columna y le marca a su papá para decirle que lo ama.

marzo 6, 2015