Palabras perdidas es una novela que intenta explicar el proceso de una mujer que presenta demencia de Pick, una condición parecida al Alzheimer. La intención de la autora es comprender la experiencia de Blanca Hernández en su lucha por sobrevivir a este mal devastado
mayo 9, 2012
Victoria Dana, escritora Editorial Textofilia
Actualmente uno de cada 20 mexicanos tiene más de 60 años; se estima que para el año 2030 sea 1 de cada 8 y al comenzar el 2050 la cifra llegará a 1 por cada 4.
Datos del Instituto de Geriatría calculan que el número de personas con algún tipo de deterioro funcional crecerá de 2 millones en 2010 a 7.3 millones en 2030 y 15.9 millones en 20501 de cada 20 mexicanos de 60 años padece Alzheimer o cualquier otra forma de demencia,
uno de cada tres tiene la enfermedad a los 80 años
La Demencia de Pick o Fronto temporal, se produce una degeneración gradual del tejido cerebral.
Específicamente en las regiones prefrontales (que se ubican a la altura de las cejas y por encima de éstas) y la región anterior de los lóbulos temporales.
Estas áreas del cerebro juegan un rol determinante en la toma de decisiones, el control de la conducta, las emociones y el lenguaje.
La afectación de estas áreas no es igual en todos los pacientes y, hoy en día, se reconocen múltiples desórdenes englobados dentro de la Demencia de Pick.
¿Qué piensa el enfermo cuando supuestamente ya no piensa? ¿Qué gira en la mente que presumimos, vacía de la protagonista? ¿Qué siente y cómo reacciona?
Hay una relación muy cercana con las palabras, con el deseo de asirlas, de no olvidarlas, de hacerlas suyas. Una búsqueda constante de significados que la llevan a entender conceptos distintos y la remiten a sus memorias más lejanas, a la vez que olvida el pasado inmediato.
“Blanca se relaciona con la palabra en un intento de sobrevivir. La palabra se convierte en su herramienta, en arma, en desafío contra el destino”.
“Intenta mantener el control sobre su persona y el entorno que la rodea”
“Evita riesgos, escribe letreros, hace mapas para no perderse, utiliza muletillas al hablar; sin embargo, llega el momento en que tampoco esto es suficiente”.
La situación se le ha escapado de las manos. Se enfrenta a eventos que no comprende; otros, simplemente no recuerda que hayan ocurrido.
Llega el momento en que la familia se da cuenta de lo que sucede: comienza la época de los estudios clínicos, las recomendaciones médicas y las negaciones. En el esfuerzo por aceptar la nueva condición de Blanca, esposa y madre,
«La familia duda, no sabe cómo actuar, vive su propio duelo ajeno al de la protagonista, niega la realidad, pierde un tiempo muy valioso”
El diccionario, para la protagonista, se convierte en algo mucho más importante que un punto de referencia o una forma de entender. Es más bien una manera muy especial de darle sentido a las palabras… hasta que pierden el significado por completo.
“Simultáneamente, a través del diccionario, Blanca nos va dando retazos de su pasado”.
El que hubiera querido olvidar y persiste como una pesadilla, el que se mezcla con sus miedos y angustias actuales. La historia de sus padres, inmigrantes españoles, su niñez y juventud conflictivas marcadas por deseos y búsquedas.
A medida en que la historia avanza y el personaje se sumerge en los recovecos de su mente, ahora distinta, porque ha cambiado su capacidad de percepción y su forma de procesar la información,
Ella pierde la estructura, el orden de los acontecimientos, la lógica en sus ideas. De igual forma la novela se vuelve caótica y sólo mantiene la lógica del personaje.
Esta enfermedad le provoca, en sus primeros tiempos, agresividad y paranoia, lo que la lleva a escapar de su casa y a perderse en los lugares del pasado donde puede aun encontrar coherencia.
La pérdida del lenguaje aunada a la disminución de su de razonamiento, hace que retroceda en su tiempo personal, en su cronología, hasta penetrar en un universo paralelo distinto al nuestro, donde las sensaciones y las emociones son libres, están a flor de piel. Nada las contiene, no hay un espacio o un tiempo que interfiera con esa sensibilidad nueva, reveladora, de gozo infinito.