Los Labios han sido considerados una unidad estética desde las civilizaciones primitivas que los adornaban de varias maneras: tatuajes, ornamentos de madera y/o haciéndolos crecer con platos etc.
En civilizaciones más actuales se inicia la delineación con colores para hacer notar la importancia de estos en la cara.
Los estándares de belleza de los labios han cambiado en las distintas sociedades y civilizaciones, pero en la actualidad con las interacciones entre las diferentes culturas se ha adoptado el volumen de los labios como un estigma de belleza.
El labio superior debe tener curvas desde las comisuras al centro donde encontraremos el “Arco de cupido”.
De la nariz al labio corren 2 columnas que se conocen como las columnas del filtrum y que hacen que el labio sea más armónico valorando sus curvas y sus valles , los cuales los iremos perdiendo con la edad y el objetivo de un cirujano plástico, no es el de dar volumen al labio sino por el contrario primero regresar y resaltar las curvas, haciendo notar el valle central.
El labio superior también tiene un cambio de coloración que define la forma del labio y es un delineado más claro que la piel en la unión , este se llama “rollo blanco”, que delinea y separa el labio blanco del rojo mucho más notorio en el superior.
Lo ideal es llevar los labios al tamaño que tuvieron originalmente, para reestablecer el balance original y si este no era ideal, se debe llevar a cabo la transformación del labio para lograrlo.
Fuente: Abel de la Peña, Cirujano Plástico y Reconstructivo por la UNAM, Director del Instituto de Cirugía Plástica del Hospital Ángeles Lomas, miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva y galardonado como uno de los 50 mejores médicos de México en los Top Doctors Awards 2016, 2017 y 2018. Profesor y miembro de la Asociación Americana de Cirugía Estética ASAPS y de la Asociación Internacional de cirugía estética ISAPS.
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