¿Qué está pasando en la CDMX con tanto microsismo? El Dr. Carlos Valdés viene a explicarnos los microsismos, si son normales, nos preocupamos o nos mudamos a la Luna.
Según Protección Civil, en la República Mexicana se registran más de 90 sismos por año con magnitud superior a 4 grados en la escala de Richter, lo que equivale a un 60% de todos los movimientos telúricos que se registran en el mundo.
Carlos, ya nos has dicho mil veces que vivimos en un país sísmicamente activo. A finales de marzo y también la semana pasada percibimos estos microsismos, ¿qué está pasando?
Los microsismos, que son estas sacudidas de baja magnitud, por un periodo corto de tiempo, pero que se perciben con mucha intensidad en la Ciudad de México, parecen nuevos pero no lo son.
Para la mayoría de quienes vivimos en la Ciudad de México, un temblor es un signo de pánico, preocupación.
Los microsismos se vuelven importantes por la ubicación en la que se encuentran: si estuvieran en un lugar poco habitado, no tendría mayor preocupación, pero como aquí están en una zona densamente poblada, con muchas estructuras, diferentes edificios, entonces es relevante conocer su ocurrencia, tratar de ubicar a qué falla pertenecen, por qué hay 4 en un día (como el 29 de marzo).
Nuestra Ciudad es una cuenca rodeada por sierras y hay interacción entre ellas. Hay mapeadas algunas fallas que la atraviesan y en estas fallas se presentan los sismos.
Los sismos que se producen en la CDMX no son sismos grandes, aunque sí bruscos y de corta duración.
Los microsismos son movimientos que, de acuerdo con el SSN se producen en los subsuelos por pequeñas rupturas cercanas a la superficie. Aunque no son perceptibles como un sismo o terremoto.
Estamos hablando de que desde 1980 hemos registrado 336 sismos dentro de la CDMX:
A pesar de que sus magnitudes son mucho menores a, por ejemplo, los grandes terremotos como los del 19 de septiembre de 1985 o de 2017, que alcanzaron 8.1 y 7.1 respectivamente, la sensación de estos temblores menores es muy intensa.
Esta sensación puede ser más intensa, su duración es de apenas unos segundos, por lo que su impacto es relativamente muy bajo en comparación con temblores de mayor intensidad y epicentros más lejanos.
La posición geográfica de México lo hace un país naturalmente sísmico. El Servicio Geológico Mexicano refiere que el país se sitúa en una de las regiones sísmicas más activas del mundo, pues se está dentro del área conocida como el Cinturón de Fuego, donde se concentra la mayor actividad sísmica del planeta.
La ocurrencia de los sismos (y especialmente) de estos microsismos no es un tema de percepción, su registro sí lo es. Y ello explica en parte por qué la ocurrencia ha estado en boga en los últimos 5 años aproximadamente y antes de esa época no se les tomaba mucho en cuenta.
El primer factor pudo ser el sismo del 19 de septiembre de 2017, que causó severos estragos en la CDMX, lo que hizo que buena parte de la población pusiera más atención a los movimientos telúricos y hubiera una mayor difusión de información respecto de la sismología.
El segundo factor es que el Servicio Sismológico Nacional también ha incrementado la cantidad y el tipo de equipamiento que utiliza para sus mediciones, lo que se refleja en la cantidad de sismos que se detectan al año:
Fuente: Dr. Carlos Valdés, Director del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM. Ingeniero Geofísico por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una maestría y doctorado en Geofísica en la Universidad de Wisconsin-Madison. Ha sido investigador asociado en el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Es autor de numerosas publicaciones científicas.
TW: @CarlosMValdes1