¿Habían escuchado sobre el término zooturismo? Hoy Jafet Quintero y Álvaro López, Doctores en Geografía, nos vienen a contar todo lo bueno y lo malo que hay detrás de estos viajes para ver animales exóticos.
De acuerdo con el World Travel & Tourism Council, en 2018, el zooturismo representó un ingreso de más de 120 mil millones de dólares del Producto Interno Bruto a nivel mundial.
Según National Geographic, hasta 6 millones de personas visitan anualmente atracciones turísticas que involucran fauna salvaje. De estas atracciones, se estima que 3 de cada 4 implican algún tipo de abuso animal o presentan problemas de conservación de las especies, afectando aproximadamente a 550,000 animales en todo el mundo.
Las actividades turísticas que involucran animales silvestres representan entre el 20% y el 40% del turismo mundial, según Forbes.
Entre los 34 miles de millones de imágenes posteadas por 700 millones de personas en Instagram, hay decenas de miles de selfies tomadas con animales silvestres que tuvieron que ser extraídos de su hábitat natural para esa actividad turística.
De acuerdo con Fortune:
- La tauromaquia en México genera una derrama económica anual superior a 6,000 millones de pesos.
- Se estima que más de 30,000 personas trabajan en empleos relacionados con la tauromaquia en México.
- Anualmente, alrededor de 3.6 millones de espectadores asisten a las plazas de toros en el país.
- Se estima que cada año se sacrifican alrededor de 40,000 torosen España, y en Latinoamérica, se calcula que anualmente mueren aproximadamente 210,000 toros en corridas.
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¿Qué es el zooturismo?
El zooturismo es una forma de turismo especializado que se centra en la observación y la interacción con animales en su hábitat natural o en entornos controlados, como zoológicos, santuarios de animales y reservas naturales.
La idea, de hecho, radica en consumir animales como parte de la experiencia turística. Entre las múltiples actividades de zooturismo están:
- Observación de animales en su entorno natural o controlados.
- Visitas guiadas a zoológicos y santuarios de animales.
- Interacción con animales, como alimentación, contacto físico y participación en actividades conjuntas.
- Participación en programas de conservación y rehabilitación de animales.
- Asistir a espectáculos con animales.
- Turismo cinegético (de cacería) y turismo sexual animal.
- Tauromaquia.
El zooturismo puede tener impactos significativos en los animales y su entorno, tanto positivos como negativos. Entre los beneficios, se encuentran:
- La generación de ingresos y apoyo para la conservación de especies y hábitats.
- La educación de los visitantes sobre la importancia de la conservación y el respeto por los animales.
- La creación de experiencias únicas y enriquecedoras para los visitantes.
Sin embargo, también existen riesgos y desafíos asociados con el zooturismo, particularmente desde posturas post humanistas, es decir, que visibilicen primero el bienestar de las especies, como:
- El estrés y los disturbios causados a los animales
- La explotación y el maltrato de los animales
- Los impactos negativos en el entorno natural y la biodiversidad
- Desarrollo de estereotipos como resultado del confinamiento.
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Esta actividad genera dos posturas ante los animales
En el primer caso, se asevera que genera altos beneficios económicos para las comunidades locales; en el segundo, se apoya la idea de que la actividad altera el bienestar de los animales utilizados y que la intromisión del ser humano en sus hábitats y el desarrollo de infraestructura turística afectan al medio ambiente.
Entonces surge una disyuntiva ética: ¿se le debe apostar al bienestar humano (mediante este tipo de turismo) o a mantener el bienestar animal?
Desde una postura antropocéntrica, la derrama económica que genera el zooturismo pareciera ser una razón muy válida para legitimar estas prácticas. Sin embargo, valdría la pena preguntarse si este tipo de turismo es en verdad la única alternativa económica para dichas comunidades y qué tan ética es su implementación.
Los animales en cuestión son obligados a realizar determinadas actividades, ven invadidos sus espacios de vida, son mercantilizados como productos semovientes y hasta se ven físicamente controlados sin tener oportunidad de oponerse.
La World Animal Protection (WAP) ejemplifica esto con elefantes que fueron separados de sus madres, que están ciegos y con tuberculosis o que tienen heridas de anzuelos en sus lomos, o cuyas piernas y pies se lastiman por las largas caminatas que los fuerzan a realizar para satisfacer los gustos de los turistas.
Miembros de otras especies –como delfines, serpientes, caimanes y perezosos– están expuestos continuamente al flash de las cámaras y a los químicos con que los turistas que los tocan protegen su piel, lo cual puede generar estrés, enfermedades, estereotipias, zoocosis, lesiones y muerte prematura.
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¿Qué es el tauroturismo?
Se refiere a toda la dinámica que se genera en torno a las corridas de toros no solo a las corridas per sé. Por ejemplo: desde que hay algunas plazas de toros en Europa que funcionan como centros comerciales, hasta cursos sobre la tauromaquia que se dan en todo el mundo.
La problemática real son las corridas de toros, ya que tienen que ver con el patrimonio, pues se presentan como una expresión cultural de la Hispanidad.
Aunque su origen, básicamente viene desde las épocas romanas, se toma como una expresión cultural que sostiene a miles de familias y esto se maneja como un argumento para mantener las corridas de toros y justificar su presencia.
¿Cuáles son los argumentos en contra?
La vida misma de los animales en tanto que son seres sintientes y su derecho de llevar una vida que respete sus intereses primarios y que respete sus derechos.
Si partimos de la idea de qué los animales son sintientes, es decir, son capaces de saber qué les hace felices, qué los pone tristes, qué les duele, etc. en términos éticos, las corridas de toros no tienen un respaldo ético porque se va en contra de los intereses primarios de los animales; aunque muchos hablen de las ganancias del negocio, estas realmente no son tan relevantes.
La tauromaquia tiene que ver con una masacre en vivo, por eso también se le considera un espectáculo de turismo oscuro, en el sentido de qué está vinculado a la muerte y la gente está como espectadora. Muchos turistas que van a México a las corridas de toros desconocen que se trate de una masacre y piensan que es un espectáculo.
Esto es falso porque los estudios arrojan que los toros han sido instigados para salir al ruedo con dolor, ya han sufrido maltratos, golpes de diferentes tipos, se les pone cera en los ojos o grasas que no los dejen ver. etc.
Por ejemplo: La Facultad de veterinaria de la UNAM ha hecho estudios forenses a los toros, en donde se ha encontrado que estos segregan sustancias relacionadas al dolor y miedo antes de morir.
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El patrimonio y la mercantilización
Tomamos el concepto de patrimonio como algo positivo, pero hay que considerar que etimológicamente hablando, patrimonio significa un poder patriarcal y lo que define qué es un legado y qué es lo que se quiere conservar a través del limpio.
A partir de “patrimonializar”, nombramos objetos, animales y personas como si fueran “recursos” a nuestro servicio y si no somos cuidadosos podemos explotar animales como en la corrida de toros, en que los animales son vistos con “cosas” para nuestra diversión, sin tomar en cuenta que son seres conscientes de su gozo y su sufrimiento.
Las mentiras detrás de las corridas de toros
Las personas que participan en este tipo de actividades, justifican con esto:
- Falacia Ad antiquitatem: se argumenta que al ser una tradición no deben desaparecer las corridas de toros.
- Falacia Ad verecundiam o magister dixit: Se argumenta que como alguien muy conocido le gustan las corridas de toros, entonces son válidas.
- Falacia Ad crumenam: Se dice que como las corridas de toros generan dinero y como la gente adinerada acude a ellas, entonces son válidas.
- Falacia Ad hominem: Las personas taurinas atacan a quienes están en contra de las corridas de toros al desprestigiarlas.
En todos los casos la discusión no toma en cuenta que masacrar a los toros en el ruedo implica:
- No tomar en cuenta que los toros son seres sintientes
- Que se violan sus derechos o las normas oficiales mexicanas de trato a los animale
- Que hay estudios forenses que demuestran que los animales experimentan miedo y frustración y dolor durante las corridas de toros.
- Que es éticamente incorrecto masacrar toros, así como ahora vemos que fue incorrecto ver la masacre de los “gladiadores” en el Circo Romano.
Especialistas
Jafet Quintero Venegas. Licenciado, maestro y doctor en Geografía por la UNAM. Investigador asociado de Tiempo Completo en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y profesor de “Geografía y Ética” en la licenciatura en Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Mail: jafet@sociales.unam.mx / FB: @JafQuven / TW: @jafquven
Álvaro López López. Doctor en Geografía por la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM; posdoctorado en Turismo y Medio Ambiente en la Universidad de Waterloo, Canadá. Investigador titular del Instituto de Geografía, UNAM. Algunas de sus líneas de investigación son turismo sexual, turismo oscuro, turismo y animales, en donde también aborda aspectos éticos. Es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Correo electrónico: lopuslopez@yahoo.com.mx