No sólo vamos a revivir esos momentos de nostalgia, diversión y risas; también vamos a analizar cómo estos juegos eran más que simple entretenimiento moldearon las emociones y habilidades.
Para algunos, hubo juegos que les enseñaron a negociar, resolver problemas y a trabajar en equipo, habilidades que sin duda han servido en la vida adulta. Para otros, algunos juegos desbloquearon algunos miedos e inseguridades que de alguna manera han perdurado por muchos años de la vida.
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Claramente podríamos responder que para divertirse y pasar el tiempo, lo cual en parte es verdad, pero además hay distintas teorías que hablan de cómo el juego es importante para el desarrollo humano desde una edad temprana.
Por ejemplo, Karl Groos propuso que los juegos funcionan como una anticipación funcional, preparando a los niños para habilidades y situaciones que enfrentarán en la adultez.
Jean Piaget enfocó su teoría en cómo el juego contribuye al desarrollo cognitivo, permitiendo a los niños explorar y asimilar el mundo a su alrededor a través de la interacción directa y la experimentación y Lev Vygotsky, por otro lado, destacó el papel del juego en el desarrollo social y cultural, viendo el juego como una zona donde los niños pueden explorar roles sociales y aprender a interactuar con los demás dentro de un contexto estructurado.
Entonces si los juegos fomentan un desarrollo sano, ¿cómo puede impactar cuando no se tienen estas oportunidades de interacción o cuando, teniéndolas, no se es exitoso en los juegos que todos en el grupo social juegan? Veamos algunos ejemplos:
Lado A: Fomenta la rapidez física y mental mientras los niños intentan escapar o atrapar a otros. Promueve el trabajo en equipo cuando colaboran para salvar a sus compañeros.
Lado B: La presión de ser atrapado o de atrapar a otros puede ser estresante para algunos niños. Los niños que son atrapados con frecuencia pueden sentirse excluidos o menos capaces.
Lado A: Ayuda a los niños a entender y actuar según reglas y roles. Estimula el pensamiento estratégico y la planificación.
Lado B: Refuerza percepciones negativas de roles, como ser siempre el «ladrón». Puede generar conflictos o discusiones si los niños toman los roles demasiado en serio.
Lado A: Desarrolla la capacidad de reaccionar rápidamente y la agilidad física. Integra la música, lo que hace el juego alegre y estimulante.
Lado B: Puede promover una competitividad agresiva. Puede causar tristeza o frustración en los niños eliminados temprano.
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Lado A: Fomenta el juego de rol que ayuda a desarrollar empatía y habilidades. Estimula la imaginación al crear historias y escenarios. En estos juegos los niños y niñas reflejan mucho de lo que pasa en su vida actual, especialmente visible cuando ellos adoptan los roles de adulto.
Lado B: Puede excluir a niños y niñas que no les interesa pero que les dicen que eso es lo correcto.
Lado A: Mejora las habilidades de pensamiento al buscar donde esconderse. Desarrolla la paciencia y la capacidad de estar quieto y en silencio.
Lado B: Puede generar ansiedad en niños que temen estar solos, a que no los busquen o no los encuentren. Algunos más tienen miedo a ocultarse en lugares pequeños u obscuros.
Algunos niños pueden ser siempre los últimos en ser encontrados, lo que si no es visto como una habilidad para esconderse, pueden ser criticados por ser los que retrasan que el juego continúe.
Lado A: Mejora la coordinación mano-pie y la condición física general. Cuando se juega en grupo, promueve la sincronización y cooperación.
Lado B: Puede ser frustrante para niños que luchan con la coordinación. Niños menos ágiles o con menos resistencia pueden sentir rechazo.
A veces los juegos de destreza y competencia se vuelven muy demandantes y solo quedan al final los mejores, dejando de lado a los que no lo son tanto.
Lado A: Fomenta actividad física y reflejos para salir corriendo a toda velocidad. Mejora la estimación y juicio espacial al calcular correctamente la distancia en pasos hasta el otro jugador.
Lado B: Ansiedad, especialmente si teme equivocarse y perder. Los niños que son atrapados o que frecuentemente pierden en el juego pueden sentirse frustrados o excluidos, especialmente si la competencia se percibe como desequilibrada o injusta.
Lado A: Desarrolla la agilidad física y la capacidad estratégica al moverse sigilosamente. Enseña la importancia de la paciencia y el momento adecuado para avanzar.
Lado B: Puede ser frustrante para los jugadores que son frecuentemente detectados y deben volver al inicio. Estrés al estar atento y tomar decisiones sobre quién se movió.
El éxito que se tenga en estos juegos va a influir en:
Aspectos positivos:
Aspectos negativos:
Especialista: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.
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