El Día de las Madres se acerca, y para muchos, esta fecha evoca sentimientos cálidos de amor, gratitud y celebración pero ¿qué pasa cuando mamá murió? Este proceso puede ser difícil y Mario Guerra, les va a dar paz con este tema.

Para quienes han experimentado la pérdida de una madre, este día puede convertirse en un recordatorio doloroso de una ausencia imborrable. La alegría palpable en el ambiente puede sentirse como un contraste cruel con el vacío que llevan dentro. No están solas en este sentimiento. Es completamente natural que la proximidad de este día despierte una oleada de emociones complejas.

¿De qué hablamos aquí?

La pérdida de la madre es un dolor único y que cada persona lleva de acuerdo a la relación que tuvo con ella, pero eso no significa que sea menor o menos importante, de acuerdo con Psychology Today, el duelo de la madre es un proceso individual y multifacético que no sigue una línea de tiempo preestablecida.

Es decir cada persona experimenta la pérdida de manera única, y las fechas significativas como el Día de las Madres pueden reactivar el dolor incluso años después de la muerte. La sociedad a menudo se centra en la celebración, lo que puede hacer que quienes están en duelo se sientan aislados o incomprendidos.

Por otro lado Good Therapy enfatiza la importancia de la validación emocional durante el proceso de duelo. Sentir tristeza, rabia, nostalgia o incluso culpa en este día es completamente válido. Negar o reprimir estas emociones puede prolongar el dolor y dificultar la sanación. Permitirte sentir es un paso crucial hacia la aceptación y la adaptación a la nueva realidad.

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Sobrevivir al día de las madres sin una mamá

Es importante resignificar estas fechas cuando se ha sufrido una pérdida significativa. En lugar de intentar ignorar el día o forzar una alegría inexistente, debemos de buscar maneras de honrar la memoria de la madre ausente de una forma que sea significativa para cada persona.

Entonces, ¿cómo podemos navegar este Día de las Madres con el corazón herido? Aquí algunas ideas:

1. Permítete sentir: No hay que presionarse a estar feliz o a participar en celebraciones si no tienen ánimo. Está bien tomarse el día para reflexionar y para sentir las emociones que surjan, sean cuales sean. Llorar, recordar con tristeza o incluso sentir rabia son respuestas naturales al dolor.

2. Honra la memoria a su manera: Existen algunas formas significativas de recordar a la madre. Esto podría incluir ver fotografías, escuchar su música favorita, visitar un lugar especial que compartieron, cocinar una de sus recetas, o escribir una carta expresando sus sentimientos y recuerdos. No hay una forma correcta o incorrecta de honrarla; lo importante es que sea algo que reconforte.

3. Crea Nuevas Tradiciones: Si las tradiciones familiares del Día de las Madres ahora son demasiado dolorosas, se pueden hacer nuevas. Esto podría ser pasar tiempo con otros seres queridos, hacer una actividad que recreativa, o incluso dedicar el día a una causa que le hubiera gustado o importado a su madre.

4. Busca Apoyo: Conectarse con amigos, familiares o grupos de apoyo que entiendan el dolor. Compartir los sentimientos con otros que han pasado por experiencias similares puede ser muy reconfortante. Si el dolor se vuelve abrumador, pueden buscar el apoyo de un terapeuta profesional que pueda guiar en el duelo.

5. Sé Compasivo Contigo Mismo: El duelo es un camino largo y sinuoso, con altibajos. Habrá días más difíciles que otros, y eso está bien. Ser paciente y compasiva contigo misma es importantísimo. No se juzguen por cómo se sienten o por cómo eligen pasar el día.

6. Reconoce el Amor que Perdura: Aunque su madre ya no esté físicamente presente, el amor que compartieron y los recuerdos que crearon perduran. Ese día puede ser una oportunidad para reconectar con el amor y mantener viva su presencia en tu corazón. Acuérdense que el amor trasciende la ausencia física y se transforma en un legado emocional que nos acompaña siempre.

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¿Cómo pasar este día cuando mamá no está?

El Día de las Madres después de una pérdida nunca será igual, pero puede transformarse en un día dedicado a honrar un amor eterno y a recordar el impacto profundo que su madre tuvo en su vida. Permítanse vivir este día a su manera, convalidando sus sentimientos y buscando formas de mantener viva su memoria. No están solos, y está bien buscar consuelo y apoyo en este camino.

Si es posible, reúnete con  ella por los medios que sean posibles (puede ser con una oración, pensar en ella). Por eso lo que corresponde es una conmemoración:

• Conmemorar es traer a la memoria a la persona de una manera especial y normalmente en una fecha determinada, como en este caso el día de las madres.
• Uno no conmemora su ausencia, sino su paso por nuestra vida.
• Incluso podría hacerse un pequeño homenaje individual o familiar.
• No es despedirse de ella; es darle la bienvenida e integrarla a nuestra vida de una manera no física.

¿Cómo hacer esta conmemoración?

Reconocer lo que se sienten, si la añoranza, el dolor o la tristeza son inevitables, no los oculten, no traten de evitarlos o los nieguen, pero tampoco se queden estancadas en ellos. Se trata de reconocer, nombrar lo que se siente y transitar a través de esos sentimientos, incluso buscando la compañía de su madre simbólica para que las acompañe.

Elabora un ritual. Que puede corresponder con un rito (por ejemplo mandar decir una misa o encender una veladora) o ser personal como:

• Escribirle una carta.
• Visitar el cementerio.
• Ir a comer a su lugar favorito o su comida favorita.
• Tener en casa las flores que más le gustaban.
• Compartir con otros una historia o anécdota de ella.
• Cuenta las historias con las que quieres que sea recordada.
• Compartir fotos o hacer un “libro de recuerdos” virtual en alguna red social.
• Algún ritual que a ella le gustara hacer, como preparar un altarcito de fotos para su propia madre ese día o llamar a sus hermanos.
• De ser posible y lo crees conveniente, agradece por la vida misma. Su paso por tu vida. Lo que te dió como cuidados, cariño, protección… Lo que te dejó. Como parte de tu personalidad, la crianza, hábitos y creencias.
• Por lo que de ella no se ha perdido, como su recuerdo constante y presencia simbólica en su propia vida.

Especialista: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.

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