Hay una fina línea entre una broma y las humillaciones a los hijos, es momento de respetar la dignidad de los niños. Julia Borbolla nos viene a dar una radiografía de cómo es la mente de los niños y cómo debemos respetar su dignidad en cualquier área de su vida.
Los niños son conscientes de sí mismos y llegan a sentir vergüenza antes de los 2 años, según estudios de la American Psychological Association.
Cifras de la Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia señalan que cada año, 5.4 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en México, de las cuales, ocho de cada 10 de estos abusos, se producen en casa y en el 60 por ciento de los casos, el agresor es un familiar o pertenece al círculo cercano a la familia. México ocupa el segundo lugar en maltrato infantil (UNICEF).
Antes de la pandemia, México ocupaba el 1er lugar mundial en consumo de pornografía infantil (PCF,2018), el segundoo productor y distribuidor mundial. Primero en América Latina (ECPAT, 2019); entre los países que integran la OCDE, 1er lugar en violencia sexual en contra de niñas, niños y adolescentes (OCDE)
10 de cada 15 niños y niñas ha recibido alguna forma de castigo físico severo
3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes entre los 12 y 17 años ha sufrido algún tipo de agresión en el hogar. Las niñas y adolescentes son las más afectadas, ya que 7 de cada 10 fueron víctimas de agresión en sus hogares.
3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes ha sufrido alguna agresión psicológica por un algún miembro de su familia (Jalones de orejas, bofetadas, manotazos o golpes fuertes) como método de disciplina. La casa es en donde suceden 8 de cada 10 agresiones contra niñas, niños y adolescentes.
La ONU asegura que en el mundo existen 75 millones de niños que son maltratados con golpes, insultos, humillaciones y abandonos. Una cuarta parte de todos los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños.
Una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia. La dignidad es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona.
Los niños deben saber que son únicos, importantes y especiales y por ello nadie tiene derecho a hacerles “trastadas”, tipos de abuso:
Durante siglos los niños y niñas fueron considerados como adultos incompletos y esto generó que tanto los padres como los educadores les impusieran ideas sin dar oportunidad a cuestionar o ponerlo en duda.
Un niño siempre le va a creer a un adulto.
Pensamiento global y difuso, un ejemplo de esto es pensar que todas las personas que visten de blanco son médicos y ponen inyecciones.
Realismo concreto, lo que significa que entienden a través de lo que pueden ver y tocar, es por ello que no son capaces de entender una metáfora o un sarcasmo hasta que cumplen 8 años aproximadamente.
Cuando papá o mamá les dicen que ya no tienen dinero cuando ellos piden un juguete o un dulce ellos entienden que ya son pobres para siempre y no habrá con que comer.
Algunos niños lo logran antes si es que sus padres usan frecuentemente bromas para relacionarse con ellos, pero aun así preguntan, “¿Eso es broma, verdad papá?”.
Otra característica que los distingue es la lógica incipiente. Muchos niños disfrutan mojarse en la lluvia por ello deciden que la lluvia es algo divertido para todos.
Mezcla entre de fantasía y la realidad: una medida que los protege de la realidad que aún no saben manejar. Por ello temen a los monstruos o a los fantasmas y fácilmente pueden ser influenciables por historias o promesas difíciles de concretar en la vida real.
Ejemplo, “si le pegas a mamá se te seca la mano”, “Tu abuelo está en el cielo en forma de estrella”, “Este juego es el que jugamos los tíos con sus sobrinos y no lo podemos contar a nadie”.
El pensamiento infantil está basado en miedos y deseos. Por ejemplo, un niño se siente omnipotente y se cree capaz de solucionar conflictos de sus padres o de conseguir dinero para ayudarles en una crisis porque lo desea con fuerza. Esta omnipotencia también los hace sentir culpables porque sienten que fueron ellos los que provocaron aquello que tanto temían.
Un niño necesita que le expliquen que, aunque los adultos los quieran o sean los que “mandan” o les “prometan” regalos a cambio de algo, nada de eso les da derecho a jugar/tocar su cuerpo ni con sus sentimientos.
Un niño no tiene la capacidad de entender que puede haber distintas opiniones ni puntos de vista. Saben que un adulto es una figura de autoridad y asumen que deben obedecerla, aunque lo que les pida los haga sentir mal.
Un niño golpeado por su padre, asume que se lo merece y no logra discernir que la conducta de su padre atenta contra su dignidad. Los niños y niñas, son seres vulnerables, con ingenuidad e inocencia, por eso los adultos determinan lo que pueden y no pueden hacer.
Los regaños muchas veces llegan a ser sentencias que los dejan marcados:
Es importante que los padres y maestros seamos los primeros en decirles que nadie debe hacerles “trastadas” Al usar esta palabra evitamos poner ideas en su mente que tal vez no tengan.
Si le pregunto a un niño si alguien le tocó sus genitales, seguramente dirá que sí aunque eso no haya sucedido, porque cree que debe darles la razón a los “grandes” y esto impide saber a ciencia cierta lo que en verdad le sucedió, por eso le llamamos trastada a cualquier abuso: porque para una mente infantil, que aún no está erotizada, las 4 trastadas son igual de graves.
Aún los niños más protegidos se encuentran en riesgo de sufrir algún tipo de abuso, porque quienes lo hacen, depuran sus tácticas para actuar en donde y cuando menos lo imaginamos.
EL ESCUDO DE DIGNIDAD® es un programa preventivo, dirigido a niños y niñas entre 2 y 10 años de edad. En él se trata el tema del maltrato infantil y el abuso sexual desde una perspectiva muy simple, desde la lógica de los niños y sus recursos para defenderse.
Expone claramente situaciones que los niños deben identificar como peligrosas para que las eviten o denuncien. Se trata de crear conciencia en los pequeños y en los adultos que los rodean, para dejar de justificar y ver como normal o circunstancial actos que atentan contra la dignidad de los niños, como son los abusos físicos, verbales y emocionales Consta de un video y un libro de trabajo en donde se muestra quien y donde se pueden hacer “trastadas”, qué son los genitales, así como los “secretos buenos” y los “secretos malos” que “apachurran” el corazón.
Este programa busca presentarle a los menores las “trastadas” sin enfatizar ninguna en especial para evitar que la menor víctima de abuso sexual se perciba como “objeto dañado”. El tema se toca de manera sencilla para ser explicado por los padres o maestros y muy fácil de entender para los niños a partir de los tres años de edad.
Uno de los aspectos más importantes del Escudo de Dignidad es que les hace ver a los niños que ellos poseen la herramienta más importante: “Su círculo de poder” y “su voz”.
Fuente: Julia Borbolla, Psicóloga. Creadora de los proyectos Antenas y Escudo de la Dignidad
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