La fiesta de fin de año es más que una simple noche de diversión; es un evento social crucial, una extensión no oficial de su ambiente laboral y por eso deben de tener cuidado a la hora de actuar.
La fiesta de fin de año es la oportunidad perfecta para interactuar con tus compañeros y superiores en un ambiente relajado, pero también es una zona de alto riesgo. Un paso en falso, un comentario desafortunado o un exceso pueden convertirse en la anécdota incómoda que te persiga hasta la próxima fiesta de fin de año.
Para asegurar que su única cruda sea por la falta de sueño y no por la vergüenza, preparamos estos tips que les pueden funcionar para no sufrir la cruda moral. Su misión es clara: disfrutar, socializar y, sobre todo, no hacer el oso.
El enemigo silencioso: el alcohol
La barra libre es una trampa mortal disfrazada de generosidad corporativa. Es la causa número uno de «osos» en las fiestas de oficina.
- Regla de oro: moderación, siempre. La meta es desinhibirse un poco, no olvidar su nombre. Si habitualmente toman tres copas, en la fiesta de la oficina, Echense dos. Mantengan un ritmo lento y alternen los drinks con agua o refrescos.
- Hidratación y comida: Nunca tomen con el estómago vacío, aprovechen los snacks o la cena, la comida actúa como un amortiguador entre ustedes y la mesa de recursos humanos.
- Conozcan sus límites (y los de la empresa): recuerden que, aunque sea un evento social, sigue siendo una extensión del trabajo. Sus jefes la están observando, lo que parece un «momento divertido» a las 2 a.m. puede parecer una «llamada de atención» a las 9 a.m. aguas ahí cuentahabientes.
Un outfit para el éxito (y la comodidad)
El código de vestimenta suele ser «formal» o «cóctel», pero a veces simplemente dice «festivo».
- Eviten extremos: ni el vestido de gala de quinceañera, ni los jeans rotos. Si la invitación no es clara, váyanse con un look elegante pero cómodo, elijan zapatos con los que puedan estar paradas y caminar sin sufrir, porque nada peor que quitarse los tacones a medio baile, los colores oscuros también pueden funcionar muy bien para estas ocasiones.
- No muestren demasiado: el escote no deben convertirse en la única conversación de la noche. La profesionalidad debe estar antes que la moda más atrevida, quieres que tus compañeros recuerden su carisma, no un look inadecuado, aunque encontrar el balance sería clave para lucir sensacional en este evento.
La conversación de trinchera: socialización inteligente
Este es el momento de brillar sin hablar de trabajo (demasiado).
- Temas seguros: abran la plática preguntando sobre hobbies, planes de viaje, películas, series o deportes. Muestren interés genuino por la vida de sus compañeros fuera de la oficina. Es una excelente oportunidad para conectar con personas de otros departamentos que normalmente solo ven en el ascensor, y aprovechen la ocasión para conocer nuevas personas en la oficina.
- Eviten la tríada explosiva: política, religión y chismes de oficina. Estos temas tienen el potencial de dividir una mesa en segundos, si alguien intenta abordarlos, sonrían, asienten brevemente y dirijan la conversación a algo más ligero, eviten caer porque puede tornarse todo muy incómodo, nunca conocemos las posturas de todo el mundo y es mejor así.
- Cuidado con las quejas: Es tentador quejarse del jefe o de la carga de trabajo, especialmente después de un par de copas. No lo hagan, sus comentarios pueden ser escuchados por la persona equivocada o, peor aún, grabados. La fiesta no es el momento para evaluación de desempeño y podrías hasta perder la chamba.
Bailen dignas
La pista de baile es donde las almas de las fiestas se hacen famosas, y donde los «osos» se multiplican, y es que todo el mundo está viendo que pasa al centro de la fiesta.
- Digan no a los pasos provocativos: guarden sus mejores movimientos de twerking para sus amigos fuera de la chamba, un baile entusiasta y divertido es aceptable. Un baile que termine con ustedes en el suelo o que incomode a sus compañeros es un desastre.
- Respeten el espacio personal: eviten bailar demasiado cerca de sus compañeros o compañeras, especialmente de sus superiores. Las «distancias corporativas» deben mantenerse incluso al ritmo de la música.
- Si no es lo suyo, no hay problema: si bailar no es su fuerte chicas, no se sientan obligadas, pueden disfrutar de la música y la compañía desde un lado de la pista.
La despedida
Tan importante como su entrada, es su salida.
- Eviten quedarse hasta el final: ser la última en irse es arriesgado, ya que las conversaciones que tienen lugar en las horas finales, a menudo con la gerencia muy fatigada y un poco intoxicada, pueden ser altamente volátiles y prestarse a malos entendidos o discusiones. Salir después del clímax de la fiesta (unas dos o tres horas después de llegar) es una señal de madurez, elija sus batallas.
- Agradezcan al anfitrión: busquen al organizador o a un miembro de la gerencia antes de irse y agradezcan brevemente por la fiesta, es un gesto de cortesía profesional.
Nunca manejen con copas de más: planeen con anticipación. Váyanse en Uber o pónganse de acuerdo para que haya un conductor designado. Los gastos de un taxi son insignificantes comparados con las consecuencias de un accidente de tránsito (o de aparecer en el trabajo a la mañana siguiente con una historia vergonzosa).
Así que ya lo saben chicas, sigan estos consejos y manténganse dignas en la fiesta de fin de año de la chamba. Y si quieren más consejos, escuchen este podcast con Álvaro Gordoa:
- Consejos financieros para iniciar el año
- 8 cosas que no debemos de hacer en la chamba
- Rituales de fin de año que sí o sí tienen que hacer
- Qué sí y qué no a la hora de salir con los compañeros de chamba
- ¿Cómo sobrevivir a tu familia tóxica en Navidad?