Recession Pop es el soundtrack oficial de nuestras finanzas rotas y si tienen más de 35, de muchos años de recesión económica.
¿Se dieron cuenta de que cada vez que la inflación se dispara, los sueldos se estancan y el aguacate está más caro que una entrada al Corona Capital, la música pop empieza a sonar más que nunca? Bueno, no es coincidencia. Bienvenidos al glorioso, contradictorio y terapéutico mundo del recession pop.
Sí, otra vez estamos en crisis. ¿Y qué hace el pop cuando el mundo se va al carajo? Pues brilla. Literalmente. Porque el recession pop es ese género que no niega que estamos jodidos, pero al menos nos lo canta con beats ochenteros, letras medio nostálgicas y coritos que dan ganas de bailar con lágrimas en karaokes nights.
¿Qué es el recession pop y por qué nos representa tanto?
El recession pop es simplemente música pop que nace o se vuelve popular en contextos de crisis económicas. No es que las canciones hablen directamente de la inflación o del precio del litro de gasolina (aunque estaría buenísimo), sino que tienen un tono emocional que mezcla esperanza, nostalgia, drama y fiesta.
Es ese tipo de música que suena mientras pedimos prestado para pagar el súper, pero aún así queremos perrear en la cocina. Porque si vamos a llorar, que sea con ritmo, ¿no?
Un poco de historia pop
Vamos a viajar en el tiempo, rápido y sin PowerPoint:
- En 2008, cuando el mundo financiero colapsó y muchos terminamos comiendo maruchan en vez de sushi, nacieron joyitas como Dancing on My Own de Robyn, Bulletproof de La Roux o Tik Tok de Kesha. Todas con beats de fiesta, pero con letras que te dejaban como ¡auch, eso dolió!
- La idea era simple: si el mundo era un caos, al menos podíamos bailar sobre las ruinas.
- En 2020, cuando nos cayó el COVID y el encierro, vimos un mini revival del recession pop. Dua Lipa sacó Future Nostalgia (el salvador de la salud mental de varios en cuarentena), The Weeknd revivió a los sintetizadores de los 80 y todos decidimos que si no podíamos salir, al menos íbamos a cantar como si estuviéramos en un antro virtual.
Y ahora, en pleno 2025, con la crisis del costo de vida respirándonos en la nuca, el recession pop ha vuelto ycon fuerza. Porque claro que sí, la renta sube, el salario no, pero la música sigue siendo gratis en Spotify (con anuncios, pero ni modo).
¿Cómo identificar una canción recession pop?
Aquí va nuestro test (sin pruebas y sin dudas) de que esa rola que te encanta puede ser una señal de que la economía no está bien o no estuvo bien en ese año.
- ¿Tiene sintetizadores ochenteros o beats retro?
- ¿La letra dice algo triste, pero te dan ganas de cantar a todo volumen mientras lavas los platos?
- ¿La podrías dedicar a tu ex y a la economía global al mismo tiempo?
- ¿Te hace sentir como si fueras protagonista de un video caminando por la ciudad, aunque solo estés yendo por tortillas?
Si dijiste que sí a dos o más… felicidades, estás escuchando recession pop.
¿Y cuáles son las canciones que nos están salvando la vida ahora mismo?
Estas son algunas que nos traen de regreso la voluntad de vivir, aunque sea solo para sobrevivir otro mes de pagos:
- Espresso de Sabrina Carpenter: no tenemos dinero para un espresso real, pero sí para gritar “I’m working late ‘cause I’m a singer” aunque seamos godínez.
- That’s Not My Name (resucitada por TikTok): porque a veces ni nos sentimos nosotros mismos con tanta presión.
- Rush de Troye Sivan: ni tenemos con qué irnos de vacaciones, pero esta canción nos hace sentir como si estuviéramos en Mykonos.
- Good Ones de Charli XCX: porque todos amamos a alguien (o algo) que no nos conviene: los ex, el crédito bancario, las compras innecesarias.
- Padam Padam de Kylie Minogue: no sabemos qué significa exactamente, pero lo sentimos en el alma y en la tarjeta de crédito.
¿Por qué lo necesitamos ahora más que nunca?
Porque el recession pop es nuestra válvula de escape. Es la forma que encontró el pop de decirnos “sí, todo está medio mal, pero vamos a cantarlo bien bonito”. Es la música de los que estamos sobreviviendo con promociones del súper, aplicaciones de cashback y esperando el próximo Buen Fin como si fuera Navidad.
Además, ¿se dieron cuenta de que estos himnos no intentan vendernos una felicidad perfecta? Nada de “todo está bien, sonríe y compra este producto milagroso”. No. Estas canciones saben que estamos cansados, frustrados, pero que aún así nos levantamos.
El recession pop no viene a resolver nuestras finanzas, pero sí a hacernos compañía mientras lo intentamos. Es ese abrazo musical que no juzga si no has pagado el total de tu tarjeta o si lloraste en el Oxxo porque ya no alcanzó para los Takis Fuego. La crisis sigue… pero al menos tenemos buena música.