Familia y discapacidad
Lucy Romero
Terapeuta clínica
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Familia y discapacidad
- Toda familia es una unidad compleja, formada por diversos factores de orden biológico, psicológico y social.
- El término “discapacidad” (aceptado por la RAE) significa: falta de habilidad en algún área específica. Sin embargo, un individuo con discapacidad posee mucho para ofrecer al entorno al que pertenece.
- Según reporta el INEGI, en México 5.7 millones de persona padecen alguna discapacidad, cifra que equivale al 5.1% de la población.
En el estudio del Cenco de Población y Vivienda 2010, se reveló que la población con discapacidad está formada principalmente por adultos mayores, y adultos entre los 30 y 59 años, en conjunto son el 81% del total de personas con discapacidad, mientras que niños y jóvenes constituyen el 10% cada uno.
Datos porcentuales
- 58% de las personas con discapacidad tienen limitaciones de movilidad, le siguen las dificultades para ver, oír, trastornos mentales, del habla o de comunicación, así como las limitantes para el autocuidado personal.
- Las causas de la discapacidad varían de acuerdo con las características de cada grupo. Para niños y jóvenes se originó en el nacimiento. En el caso de jóvenes y adultos tienen un peso importante las enfermedades y accidentes.
- En cuanto al acceso a la educación, sólo 45% de las personas con discapacidad asisten a la escuela.
- De los niños, sólo 79% acude a un centro educativo, por lo que el nivel de analfabetismo en este sector de la población asciende a 24.5%.
- En cuanto a las oportunidades al trabajo, los datos revelan que aún persisten grandes disparidades para las personas con discapacidad.
- La mayor parte de las familias que conviven con un niño o adulto con discapacidad no presentan problemas graves de adaptación o estrés.
Las diferentes etapas que vive la familia son las siguientes:
INTEGRACIÓN: impacto emocional
- Se sigue el comportamiento de la persona afectada y los padres, pareja u otros familiares deciden tomar parte activa del problema, se consulta a especialistas, y se confirma una sospecha anunciada.
- La reacción de la familia es shock, miedo al futuro y lo desconocido.
- Se deteriora la capacidad de toma de decisión sobre aspectos relevantes, y nace la cólera ante una realidad inmanejable, o la culpa en referencia a posibles responsabilidades por génesis del trastorno,
- Hay síntomas depresivos, reacciones pasivas, desesperanza y ansiedad.
AJUSTES: negación a aceptar de la realidad
- Mecanismo inconsciente de negación, pese al diagnóstico, indicios y datos.
- Algunos miembros de la familia niegan la situación, para protegerse de una realidad que les asusta, así como la frustración ante la pérdida del control.
- A causa de los cambios anímicos de la persona con el problema, emergen sentimientos autocompasivos en el cuidador, relacionados con el desamparo y la incapacidad de reacción.
- Surge cierta sobreprotección sobre la persona afectada.
REINTEGRACIÓN: la búsqueda de ayuda y el tratamiento
- Tras buscar ayuda profesional, iniciar un tratamiento y seguir las pautas de comportamiento y cambios que se propongan, mejorará la calidad de vida de la familia.
Las reacciones familiares diversas dependerán del momento en que se encuentra cada integrante de la familia, así como de los recursos personales para afrontar y resolver problemas.
- Desesperación por la situación que les ha tocado vivir.
- Fastidio ante la necesidad de afrontarlo sin estar preparados.
- irritabilidad hacia la persona con discapacidad y hacia el resto de la familia a causa de la complejidad de las repercusiones y cambios, no siempre asumidos por todos los miembros de la familia.
- Culpa, asociado a los progenitores por la supuesta responsabilidad atribuida en la génesis del trastorno.
- “Pasar” de la persona con discapacidad, esto es frecuente en los hermanos, asociado a una falta de implicación y a la negación del problema como mecanismo de defensa del ego.
- Dependencia emocional del estado de la persona con discapacidad, por la sobrecarga emocional vinculada al cuidado continuo. Esto se relaciona con una sobre-implicación emocional en la resolución del problema y una falta de respiro y posibilidad de ser sustituido frente a la responsabilidad del cuidado.