-Tienes una sensación abrumadora y prolongada de sentirte indefenso y triste si tus problemas no parecen mejorar a pesar de tusesfuerzos y de la ayuda de susfamiliares y amigos.
-Le resulta difícil realizar las actividades cotidianas: por ejemplo, no puede concentrarse en funciones propias de sutrabajo y, comoresultado, sudesempeñolaboral se veafectado
– Te preocupas excesivamente, esperas lo peor o estás permanentemente nervioso.
-Tus acciones son nocivas para ti o para los demás: por ejemplo, estás tomando demasiado alcohol, abusas de drogas o te ha vueltoexcesivamentediscutidor y agresivo.
Desde la primera sesión, debes sentirte:
1. Escuchada;
2. Respetada;
3. Comprendida;
4. Con la esperanza de poder resolver tu problema.
No todas las terapias son las mismas, ni son para lo mismo debes pensar bien si quieres, por ejemplo, resolver un problema preciso en tu vida actual; entenderte mejor a ti mismo; manejar mejor tus emociones; llevarte mejor con los demás.
– ¿Terapéuta hombre o mujer?
– ¿Jóven o mayor?
– Qué tipo de terapia estas buscando? psiquiátrica, psicológica, terapeutas, consejeros, grupos, externo, interno, espiritual,…
– Cuál es la importancia de su experiencia, estudios y/o su actitud respecto a ti? Estas buscando un programa regimentado o unomás flexible?
– Cuáles son tus metas para la terapia? Estás buscando un cambio en las actitudes, sanación emocional, autodescubrimiento, o aumentar tu autoestima, o quieres una combinación equilibrada de las cuatro ( o algocompletamentediferente)?
– La importancia del humor.
– La terapia cuesta trabajo—no sólo tiempo y dinero. ¿Por qué? Porque su meta no es hacerte sentir mejor, sinohacertecambiar: en tu forma de comunicarte, de relacionarte, de pensar, de actuar.
– Si quieres avanzar más rápido y mejor, toma notas de tus sesiones y escribe un diario de la terapia.