Según un estudio de Science People, el 68% de los encuestados son víctimas al menos una vez a la semana de la falsa empatía y vanos intentos de otras personas que desean verlas animadas, mientras que un 75% reconocen haber sido ellos mismos quienes han ignorado sus verdaderos sentimientos para intentar imponer un estado de ánimo positivo.
Un estudio del Departamento de Psicología de Stanford, demostró que negar nuestros verdaderos sentimientos era un mecanismo que en realidad provoca mayores y más severos niveles de depresión, dolor y estrés. Otro estudio de la Asociación Americana de Psicología encontró que las personas se sienten más tristes cuando otros esperan que no lo estén.
Se considera como la imposición de un pensamiento positivo como la única forma de solución a los problemas, exigiendo que las personas eviten o nieguen pensamientos y emociones negativas como el miedo, el estrés, la ansiedad y la tristeza
Cuando alguien que busca apoyo, validación o compasión, en su lugar encuentra un cliché. Al avergonzar a las personas para que sientan que no están haciendo lo suficiente, trabajando lo suficiente o que sus emociones difíciles no son válidas.
Cuando nos avergonzamos por no ser lo suficientemente felices o positivos, cuando se niega la realidad.
Para señalar o silenciar a alguien que tiene inquietudes o preguntas legítimas. Cuando se le dice a alguien que todo lo malo que pasa en su vida es su culpa.
En lugar de ayudar, produce supresión emocional, que es destructiva para nuestros cuerpos, mentes, relaciones y sociedad. La evidencia indica claramente que la supresión emocional es ineficaz y agotadora en el proceso de adaptación. Lleva a empeorar el estado de ánimo, aumenta los sentimientos negativos sobre las interacciones sociales, alimenta las emociones negativas continuas, e incluso disminuye las emociones positivas que pudiera haber presentes.
La supresión emocional también tiene consecuencias significativas en nuestra salud física . No importa qué tipo de emoción estés suprimiendo, positiva o negativa, el acto de supresión provoca estrés físico en el cuerpo. Se ha comprobado que afecta a la presión arterial y a la memoria, además de aumentar el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiacas .
Cuando reforzamos que algunas emociones son «malas», perdemos la cercanía que se desarrolla a través de la vulnerabilidad. Tristemente, la positividad a menudo se usa como un arma para disminuir la experiencia de ciertos grupos . Cuando decimos cosas como «¿no podemos simplemente amarnos los unos a los otros?» en respuesta a la discriminación, invalidamos las experiencias reales que las personas marginadas viven todos los días. En estas situaciones, la positividad tóxica atribuye toda la responsabilidad a los individuos, en lugar de a los sistemas y a las instituciones que hacen del pensamiento positivo una solución imposible.
La vida nunca te dará más de lo que puedes soportar. Las cosas malas no les suceden a las personas porque puedan soportarlas . Algunas no son lo suficientemente fuertes en ese momento para gestionar lo que se les ha presentado, y eso está bien. Cuando decimos esta frase, estamos dando a entender que siempre hay una lección en cada desafío, que se ha elegido a las personas para desafíos específicos y que es mejor que estén a la altura de las circunstancias.
Vas a estar bien. Decirle a alguien que se encuentra en estado de pánico o de conmoción que estará bien no es en absoluto ni convincente ni reconfortante . Por lo general, no se basa en hechos (¿cómo lo sabes?, ¿a qué te refieres con bien, en todo caso?, ¿no es tal vez un término muy subjetivo?) y cierra rápidamente la conversación.
¡No llores! Por lo general decimos esto porque nos sentimos incómodos sentados junto a alguien que se pone sentimental. Llorar es útil, normal y totalmente válido. Decirle a alguien que no llore implica que hacerlo está mal, y lo alienta a reprimir sus emociones.
¡Solo sonríe! Decirle a alguien que sonría cuando está afligido es doloroso. Obligar a alguien a ser feliz en un momento de lucha es una forma de opresión .
Tienes mucho por lo que estar agradecido. Podemos sentirnos molestos y al mismo tiempo estar agradecidos por lo que tenemos; por eso esta afirmación puede considerarse despectiva y percibirse como una actitud represiva (porque mandas callar al otro) en un momento de dificultad.
El tiempo sana todas las heridas. El tiempo no sana todas las heridas. Decirle esto a alguien cuando no ha superado algo puede ser insensible y vergonzoso . Solo ellos pueden decidir cuándo han sanado y, a veces, no les es posible «superarlo» .
Tu actitud es lo único que importa. Esta es una simplificación de nuestra realidad. Muchos estudios demuestran que hay toda una red de factores que contribuyen a que alguien tenga éxito. Tu actitud es un factor importante, pero no lo es todo.
La vida es dura, y aún así no tenemos que batallar todo el tiempo. Hay espacio para la felicidad y el dolor. Podemos hacer lugar para todo sin dejar de lado lo bueno, lo malo o lo neutral.
Fuente: Whitney Goodman. Psicoterapeuta, especialista en salud mental y emociones. Se graduó de la Universidad de Tulane y tiene un posgrado en Consejería Psicológica de la Universidad de Miami. También es fundadora del Collaborative Counseling Center, un centro privado de terapia en Miami. Autora del libro Positividad Tóxica. Es host de podcast The Calling Home Podcast. Ha escrito para el The New York Times, Teen Vogue, la revista New York, InStyle y Good Morning America.
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