Hay quien sostiene que esto no es posible y que, cuando amas a dos personas a la vez, realmente no se ama a nadie. ¿Quién tiene razón? ¿O es que el amor es una experiencia subjetiva más que social y moral?. Quizá la respuesta está en el sentir y en la forma de expresar o actuar ese sentir.
Vamos a conversar acerca de este tema, no con el afán de alcanzar un juicio de verdad, sino con miras a entender mejor este fenómeno.
Se podría amar hasta a 3, pero a cada una de diferente manera, recordemos que la Dra. Helen Fisher, la experta más referenciada a nivel mundial en química y enamoramiento, sostiene en su libro “Por qué amamos” que, a nivel neurológico, el amor tiene tres “compartimientos” o rutas y que en cada uno de ellos puede “habitar” una persona diferente:
Todas las anteriores son formas del sentimiento amoroso, pero cada una tiene un objetivo diferente y efectos distintos.
El verdadero amor son esas tres formas, pero quizá lo que estamos buscando como “amor verdadero” no sea un 4° tipo de amor, sino un amor que contenga a los tres tipos y que vaya dirigido hacia una sola persona. Para comprenderlo mejor, pensemos que no todo es neuroquímica y que, de el sentimiento amoroso, hay una correlación con la mente y la experiencia del amor; es decir, cómo vivimos lo que sentimos.
Selectividad Emocional vs Diversidad emocional.
Para entender mejor esto, tomemos lo que dice el Dr. Aaron Ben-Ze’ev, de la U. de Haifa en Israel acerca de las emociones selectivas o diversas. Entendamos primero que las emociones nos hacen enforcarnos en ciertas cosas (las hacen foco de atención) y a otras las convierten en mera escenografía complementaria.
La intensidad de las emociones va directamente relacionada con la cantidad de puntos focales a las que van dirigidas; esto es, si nuestra atención es hacia un sólo objeto, situación o persona, la emoción que sintamos por eso será más intensa que si ponemos la atención en varios.
No es lo mismo odiar a todos los habitantes de Timbuktú que odiar a Cutberto Barajas que vive en Timbuktú.
Diriges tu atención romántica hacia una sola persona, estos son los pros:
Es posible que ames a dos personas a la vez, ya lo dijimos, pero la calidad del amor será parcial e incompleta para ambas personas y menos satisfactoria para uno mismo.
Lo que hacen estos “dos amores” es cubrir necesidades cuya satisfacción está fragmentada. Lo que buscas quedarte es con la parte”buena” (lo que te gusta) de cada persona y evitar la parte “mala” (que no te gusta).
Así si, como inevitablemente sucede, uno de tus “amores” te muestra su cara “fea”, siempre puedes correr con el otro a que te ofrezca seguridad y consuelo.
Idealizas a ambas personas porque evitas sus partes humanas negativas… lo cual nos lleva a pensar que realmente no te estás relacionando con dos personas, sino con la mitad de cada una que, lamentablemente para tus fines, nunca harás con eso una relación completa.
Por lo que deberías apostar es por una “Diversidad integrada”. Integrada en una sola persona que nos ofrezca, y a la cual le ofrezcamos, deseo, amor romántico, apego y todos los otros aspectos de lo que somos.
Actuar, reprimir o reconocer y canalizar. Parte de la distinción que nos hace humanos tiene que ver con la capacidad de reconocer nuestros impulsos y deseos y decidir qué hacer con ellos.
«Las puertas pueden abrirse, pero la decisión de cruzarlas es siempre tuya».
También pueden leer:
Especialista: Mario GuerraTanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra / Sitio web: encuentrohumano.com