Si andan confundidos y no saben si seguir en su relación o de plano ya mejor terminar, Mario Guerra, rockstar del amor, les dejó un test que los pueda guiar a tomar una mejor decisión.
¿Seguir en la relación o de plano soltar?
Vamos a explorar esa delgada línea entre rescatar un amor que merece una segunda oportunidad y aferrarnos a algo que, con todo respeto y gratitud, debería terminar para dar paso a un nuevo capítulo en nuestras vidas.
A veces confundimos tenacidad con negación, y llamamos compromiso a lo que en realidad es miedo al cambio. Otras veces, por impaciencia o desánimo, abandonamos relaciones que podrían transformarse en algo más profundo si les diéramos la oportunidad y el trabajo adecuados.
Test: ¿Seguir en la relación?
Vamos a hacer un pequeño test. Responde con sinceridad cada afirmación: Sí, No o A veces
- ¿Piensas que sigues en tu relación porque «ya llevan muchos años juntos»?
- ¿Has pensado que terminar sería un desperdicio por todo lo que han vivido?
- ¿Tienes la sensación de que eres tú quien está haciendo el 80% del esfuerzo?
- ¿Alguna vez te has dicho «mejor me aguanto, quién sabe si encuentre algo mejor»?
- ¿Imaginas tu relación más como un proyecto de reconstrucción que como una fuente de bienestar?
- ¿Sientes que si su historia acabara ahora, se quedaría «incompleta»?
- ¿Te asusta más la soledad que la rutina de seguir como están?
- ¿Justificas lo que no funciona con frases como «así es el amor»?
- ¿Piensas más en cómo era tu pareja antes que en cómo es hoy?
- ¿Te sientes culpable con solo pensar en irte, aunque quedarte también duela?
RESULTADOS:
- Sí = 2 puntos, A veces = 1 punto, No = 0 puntos
0 a 6 puntos: Tu brújula emocional funciona Tu relación puede no ser perfecta (ninguna lo es), pero pareces tener los pies en la tierra. No estás atrapado en la negación ni en la resignación. Si hay algo que mejorar, lo enfrentarás desde la conciencia, no desde el pánico a quedarte solo. Un aplauso discreto pero sincero para ti. Esta claridad es justamente la que te permitirá seguir construyendo una relación sólida y auténtica.
7 a 13 puntos: La tierra movediza del «tal vez» Has entrado en el territorio de los «pero es que…», «no está tan mal» y «ya veremos después». No es una zona de desastre, pero sí de mantenimiento constante que puede convertirse en desgaste silencioso. Aún hay tiempo para identificar qué está funcionando y qué no, para renovar acuerdos y reconstruir puentes. El primer paso es la honestidad contigo mismo.
14 a 20 puntos: Servicio de rescate emocional urgente ¡Alerta máxima! O estás cargando la relación tú solo, o estás arrastrando escombros sin darte cuenta. El amor no es sacrificio perpetuo ni un museo de momentos pasados. Si ambos están dispuestos a reconocer la situación actual y comprometerse con un cambio genuino, la renovación es posible. Pero si el desequilibrio persiste, quizá no necesitas salvar tu relación… quizá necesitas salvarte tú.
También pueden leer: «La terribilitis», la madre del mal-rollo emocional
Destapemos este misterio, ¿por qué pasa esto?
Cuando analizamos relaciones en crisis, encontramos dos escenarios distintos: aquellas que han cumplido su ciclo y aquellas que necesitan renovación profunda.
Lo que muchas personas confunden con «compromiso» es, a veces, una trampa mental: la falacia del costo hundido.
Es ese pensamiento que te susurra: «Ya invertiste tanto tiempo, esfuerzo y emociones… ¿cómo vas a tirarlo todo por la borda?» Lo que esta voz no te dice es que seguir en algo solo porque ya invertiste mucho es como seguir comiendo algo que no te gusta solo porque ya lo pagaste.
El «Departamento Interno de Autoengaño» tiene otro truco bajo la manga: la identidad fusionada. Cuando pasas años con alguien, tu historia personal se entrelaza con la de esa persona. Salir de ahí no es solo romper un vínculo, es también preguntarte: ¿quién soy yo sin esta narrativa compartida?
Por eso el amor, aunque esencial, no basta. Para rescatar una relación que vale la pena salvar se necesitan tres elementos fundamentales, en este orden:
- Conciencia honesta: Ver lo que hay y lo que ya no, sin filtros ni maquillaje emocional. Reconocer tanto los problemas como el potencial que aún queda.
- Disposición bilateral: Ambas personas deben querer salvarlo. Un rescatista solo no puede levantar un edificio, pero dos personas comprometidas pueden reconstruir lo que parecía imposible.
- Voluntad transformadora: No para parcharse mutuamente, sino para reconstruirse juntos desde nuevos cimientos, creando algo quizás diferente pero potencialmente más sólido que lo anterior.
Esto es lo que podemos hacer
Hazle una tomografía a tu relación (sin filtros) Pregúntate con honestidad: ¿Sigues aquí porque ves potencial real o porque el vacío te da vértigo?
La diferencia es sutil pero es clave. Una cosa es quedarte en un barco que necesita reparaciones pero puede navegar. Otra muy distinta es aferrarte a los restos de un naufragio más oxidado que el Titanic. Si identificas potencial genuino, nombra lo que sí funciona y lo que no. Este diagnóstico claro es el primer paso para una posible renovación.
Distingue entre un ciclo que necesita evolucionar y un ciclo que ya terminó
¿Cómo? Un ciclo que evoluciona duele temporalmente, pero trae crecimiento. Como cuando una planta se poda: parece más pequeña al principio, pero luego florece con más fuerza. Un ciclo terminado, en cambio, es como estar atrapado en un loop, releyendo la misma página y esperando un final diferente. No transforma, desgasta.
Las relaciones que logran reinventarse aceptan que nunca volverán a ser «como antes», pero serán algo nuevo, posiblemente mejor.
No dejen de leer: Lenguajes del amor: guía para entender y no acabar la relación
Comprueba si el esfuerzo es bilateral o unilateral
Una renovación real requiere compromiso mutuo. Si ambos están dispuestos a hacer ajustes, aprender nuevas formas de relacionarse y construir acuerdos frescos, hay esperanza genuina.
Pero si eres quien siempre va “empujando el carrito”, que busca soluciones, propone la terapia, lee los libros de relaciones y organiza las citas… mientras que la otra persona «te sigue la corriente», reconoce esta señal importante.
Evalúa si nomás estás posponiendo decisiones o estás realmente transformando
La diferencia entre «una última oportunidad» genuina y una excusa para posponer lo inevitable está en la acción transformadora. Una verdadera nueva oportunidad incluye cambios concretos, visibles y sostenidos, no solo promesas o intenciones pasajeras.
Si ambos están haciendo ajustes reales y consistentes, celebra ese compromiso compartido. Es raro y valioso.
Para saber si siguen o de plano se van
No todas las relaciones con problemas están destinadas a terminar. Pero tampoco todas las relaciones largas están destinadas a continuar.
Aquí está la verdad: las relaciones más fuertes no son las que nunca tuvieron crisis, sino las que supieron transformarlas en oportunidades. Parejas que atravesaron el fuego y, en lugar de quemarse, se forjaron más resistentes. Otras, sin embargo, cumplieron su propósito de enseñarnos algo y ahora deben cerrarse con dignidad.
La valentía tiene dos caras: a veces se muestra quedándote y reconstruyendo desde cero con honestidad radical. Otras veces se manifiesta soltando con gratitud y abriendo espacio para algo nuevo.
Y si hay algo más valioso que rescatar una historia que ya dio lo mejor de sí, es tener el coraje de comenzar a escribir una nueva; ya sea juntos con un nuevo contrato emocional, o por separado como protagonistas de guiones distintos pero auténticos.
La pregunta no es solo si puedes salvar la relación, sino: ¿hay energía, voluntad y potencial real en ambos para transformarla en algo mejor? Responder con honestidad, sea cual sea la respuesta, es el primer paso hacia una vida emocional más plena.
Especialista: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.
TW y IG: @marioguerra // FB: @marioguerra.mx // YT: @MarioGuerramx // encuentrohumano.com
