¿Quién neta, neta tiene Intolerancia a la incertidumbre, desde no saber el clima o el resultado de algún estudio médico? Rodolfo Solís nos va a hacer un test para saber que tan intolerantes somos a la incertidumbre y qué debemos hacer para manejar esa ansiedad de querer saberlo todo.
¿Alguna vez te ha pasado que te cuesta dormir porque no puedes dejar de pensar en todo lo que podría salir mal? Tal vez estás esperando una respuesta de trabajo y tu mente empieza a llenarse de pensamientos como:
- “¿Y si no me llaman?”
- “¿Y si hice algo mal en la entrevista?”
- “¿Y si nunca consigo algo mejor?”
Si esto te suena familiar, puede que estés lidiando con algo muy común en estos tiempos: la intolerancia a la incertidumbre.
TEST: Escala de Intolerancia a la Incertidumbre (IUS)
Escala de calificación:
- Muy en desacuerdo = SUMA 1 PUNTO
- En desacuerdo = SUMA 2 PUNTOS
- Neutral = SUMA 3 PUNTOS
- De acuerdo = SUMA 4 PUNTOS
- Muy de acuerdo = SUMA 5 PUNTOS
Ítems
- Los imprevistos me molestan mucho.
- Es frustrante para mí no tener toda la información que necesito.
- La incertidumbre me impide disfrutar plenamente de la vida.
- Se debería prever todo para evitar las sorpresas.
- Un pequeño imprevisto puede arruinarlo todo, incluso con la mejor de las planificaciones.
- Cuando llega el momento de actuar, la incertidumbre me paraliza.
- Cuando estoy indeciso/a no puedo funcionar muy bien.
- Quiero saber siempre qué me depara el futuro.
- No soporto que me tomen por sorpresa.
- La más mínima duda me puede impedir actuar.
- Tendría que ser capaz de organizar todo de antemano
- Debo alejarme de toda situación incierta.
RESULTADOS
Rango de puntos (12–60)
Interpretación sugerida
- 12–29 puntos // Intolerancia baja
- 30–38 puntos // Intolerancia moderada
- 39–60 puntos // Intolerancia alta
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¿Qué es la intolerancia a la incertidumbre?
La intolerancia a la incertidumbre es cuando sentir que no tienes el control del futuro se vuelve emocionalmente insoportable. Es como si tu mente dijera: “Si no sé qué va a pasar, seguro que va a pasar lo peor”.
Y esto puede llevar a un patrón de pensamientos y comportamientos que alimentan la ansiedad. Imaginemos a Laura. Laura está esperando los resultados de un examen médico. Lo lógico sería que esté un poco ansiosa, ¿no?
Pero en su caso, no puede dejar de pensar en el peor escenario. Lee en internet todo tipo de enfermedades, interrumpe su día cada cinco minutos para revisar el teléfono, y evita hacer planes porque “no sabe qué va a pasar”.
Esta preocupación constante no cambia el resultado, pero sí le roba el presente. Le impide concentrarse en el trabajo, disfrutar con su familia o incluso dormir bien.
¿Cómo afecta esta intolerancia a la vida diaria?
Según investigación científica, la intolerancia a la incertidumbre está en el corazón de muchos trastornos de ansiedad (trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno por evitación, etc). Pero incluso sin un diagnóstico clínico, puede:
- Dificultar la toma de decisiones (“¿Y si me equivoco?”)
- Generar evitación (“Mejor no viajo, por si algo pasa”)
- Desencadenar preocupaciones repetitivas (“¿Y si…? ¿Y si…? ¿Y si…?”)
- Provocar fatiga, mal humor y aislamiento
Y lo más paradójico: en el intento de controlarlo todo, terminamos perdiendo el control sobre lo que sí podemos disfrutar hoy.
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¿Soy intolerante a la incertidumbre?
Las personas con aversión a no saber suelen:
- Pensar que no saber qué va a pasar es peligroso, o que si no tienen certeza algo va a salir mal
- Entrar en muchas conductas de control para recuperar algo de certeza sobre eventos inciertos
- Evitar situaciones novedosas, inciertas o inesperadas
- Pensar que atravesar un problema es inherentemente malo
- Definirse como “preocuponas”
¿Te identificas con alguna de estas afirmaciones sobre la preocupación?
La preocupación:
- Me ayuda a encontrar soluciones a mis problemas
- Me sirve para motivarme a que las cosas se hagan
- Puede evitar que sienta emociones desagradables puesto que anticipo todo lo malo que puede pasar
- Puede por sí sola evitar cosas negativas
- Es evidencia de que soy alguien interesado, cariñoso, compasivo u organizado.
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¿Qué podemos hacer para manejar mejor esta aversión a la incertidumbre?
Cuestiona tus creencias sobre la incertidumbre. Muchas veces pensamos: “Si no sé qué va a pasar, debo preocuparme.”o “necesito estar 100% seguro antes de actuar.”
Estas creencias, aunque parezcan protegernos, en realidad alimentan la ansiedad. La próxima vez que pienses así, pregúntate:
- ¿Esto que imagino tiene evidencia real?
- ¿Puedo tolerar esta incertidumbre aunque sea incómoda?
Practica la exposición a la incertidumbre
Al igual que un músculo, la tolerancia se entrena. En lugar de evitar lo incierto, intenta exponerte poco a poco:
- No revises el clima antes de salir un día.
- Toma una decisión sin buscar mil opiniones.
- Espera unos minutos más antes de responder un mensaje que te genera ansiedad.
Con cada pequeño paso, tu mente aprende que puedes tolerar no saber.
Acepta que la preocupación no evita el mal, solo roba la paz
Preocuparse no es lo mismo que prevenir. Puedes hacer planes, tomar precauciones… pero luego hay que soltar. Un buen ejercicio es escribir tus preocupaciones, y luego marcarlas como “cosas fuera de mi control por ahora”. Pregúntate: ¿Estoy resolviendo algo o solo dándole vueltas?.
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Céntrate en el presente
Usa herramientas como la respiración consciente, la meditación o simplemente detenerte a observar lo que estás haciendo ahora. El presente es el único lugar donde realmente podemos vivir.
Al final del día, la incertidumbre no es el enemigo. Es una parte inevitable de estar vivos. El trabajo, la salud, las relaciones… todo lo importante viene con un grado de “no saber”.
Identifica hechos versus especulaciones
Los hechos los puedes ver, sentir, escuchar, etc. Son las cosas que sí están pasando. El contenido extra es producto de tu mente, por tanto, probablemente innecesario.
Una vez identificados los hechos, delimita tu área de control y enfoca tu atención y energía en eso. Y como dicen Dugas y Robichaud, el objetivo no es eliminar la incertidumbre, sino aprender a caminar con ella sin que nos paralice.
Así que, si hoy estás enfrentando algo incierto, no estás solo. Respira, da un paso a la vez y recuerda: no necesitas saberlo todo para vivir bien.
Especialista: Rodolfo Solís. Psicofisiólogo clínico. Doctor en Neurociencias de la Conducta. Líder del Laboratorio de Neurofisiología Cognitiva y Clínica del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
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