La infancia es una etapa donde somos muy susceptibles, después de todo es donde nos desarrollamos y vamos haciéndonos como personas, pero ¿Qué pasa con las heridas de la infancia y como afectaran a tus propios hijos?
Crecer en una familia disfuncional por desgracia significa (casi siempre) que veras la toxicidad como algo normal, algo que tu experimentaste en tu infancia y que debe ser tan común como jugar futbol o ver caricaturas ¿No? y aunque la respuesta es obvia, la cruda verdad es que esta gente arrastra heridas de su infancia, lo que les evita ver una vida sana en familia y los pone en camino a buscar la misma toxicidad que ellos vivieron (Aún si no se dan cuenta) y replicar esas conductas que provocaron tanto dolor.
Las heridas de la infancia es un eco del pasado
La crianza por malos padres no es algo que afecta únicamente a los hijos, esto afectara también a las futuras generaciones, si los padres no buscan sanar entonces buscaran criar con el «ejemplo» de su misma infancia y eso no hará más que provocar un circulo vicioso, el cual repetirá sin parar los errores del pasado.
Un ejemplo de mala crianza viene por mano de las hijas primogénitas, quienes cargan con un peso emocional de los padres (siendo casi siempre su primer objetivo a la hora de desquitarse) y como desde una corta edad deben asumir roles y responsabilidades que no deberían tener como: Cuidar a los menores como si fuesen sus madres, protegerlos de sus padres y estar ahí para ellos, lo cual no esta mal, pero simplemente no se puede recargar demasiado en otra niña.
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«Lecciones» que los padres creen que están bien
Las lecciones son necesarias en la crianza ¿O como se supone que van a aprender los hijos? claro, pero una cosa es dar lecciones saludables y otra es dar este tipo de «lecciones» que no harán más que dañar a los hijos.
Enseñarte a «comportarte»
Uno pensaría que serian correcciones como: Decirte por que algo esta mal, enseñarte a comportarte con paciencia, decirte por que debes comer esto, etc, pero algunos padres tienen otra «forma de educar» y esas formas no te dan las lecciones que ellos (en su retorcida manera) esperan, sino que te enseñaran otras cosas mucho menos agradables.
Los padres que «enseñan» con los castigos físicos, abuso y violencia no están haciendo nada para corregir las conductas de sus hijos, sino que les están enseñando a temerles, a rogar que no te lastimen y darte el mal ejemplo de que «eso funciona» lo que solo hará que crean poder corregir con violencia.
La ley del hielo
Ignorar a un niño así no hará que entienda lo que hizo mal, solo le enseñara que tu atención viene condicionada, le darás la idea de que «si haces algo mal, dejaras de existir para mi» eso es condicionar el amor, las condiciones en la crianza no llevan a nada más que una herida de abandono en los hijos.
Si quieres corregir algo en tus hijos lo que debes hacer es hablar con ellos, explicarles por que esta mal hacer eso y tener la paciencia de pasar un tiempo con ellos para que entiendan la lección, pero que también puedan entender que no los abandonaras por un simple error, que estarás ahí para enseñarles y guiarlos con amor.
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Sanar antes de criar
Nadie es un experto a la hora de criar a los hijos eso esta claro, pero si ves que tienes alguna de estas conductas, o si tu crianza fue así, entonces debemos decirte que lo ideal seria buscar ayuda, sanar las heridas de tu infancia, no es justo querer criar a alguien si vas a usar los mismos métodos que te dañaron.
Si quieres tener hijos, entonces busca una pareja que comprenda la importancia de la sanación, que te ayude a dejar atrás el trauma generacional. Trabajen juntos para que sus futuros hijos no tengan heridas que sanar, tu puedes romper el ciclo de mala crianza y lo único que debes hacer es buscar ayuda.
Toda herida debe sanarse, si dejas esa herida abierta entonces será como una herida física: no dejara de empeorar, se esparcirá y llegara a destruir todo lo que eres, reconocer la herida es el primer paso y el más importante, ser honesto con el daño que te hicieron tus padres no es fácil, pero debes hacerlo para cerrarla y evitar convertirte en el mismo daño que te hicieron.
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